La Moscú vanguardista (el constructivismo de Moscú)
Dicho estilo casi se convirtió en el más importante de Moscú y se aceptó como el oficial. Sin embargo, posteriormente Stalin modificó radicalmente la política arquitectónica. No obstante, durante casi 10 años Moscú adoptó innumerables obras maestras del constructivismo, muchas más que en otras capitales del mundo donde en buena parte estos proyectos se quedaron en el papel.
La revolución de 1917 condicionó el auge de los experimentos artísticos, suplantando al estilo neoclásico y el Art Nouveau, que estaban de moda en aquel entonces y que fueron acusados de “burgueses”.
El famoso constructivismo soviético dejó una huella indeleble en la arquitectura del país y tendría una importancia equiparable a la de la escuela Bauhaus en Alemania o De Stijl en Holanda, a pesar de lo breve que fue su periodo de existencia. Moscú, capital del nuevo estado – la Rusia Soviética –, se convirtió en una plataforma para la realización de planes y proyectos de gran envergadura. La ciudad tuvo que convertirse en un espacio ejemplar sobre el modo de vida socialista que implicaba cambios radicales en la vida cotidiana, en el modo de trabajar y en las inquietudes espirituales. El constructivismo llegó a ser el lenguaje arquitectónico dominante en los años veinte. Moscú encargaba sus proyectos incluso a los principales arquitectos extranjeros, entre ellos al “gurú” de la arquitectura vanguardista Le Corbusier. En el mismo periodo surgió toda una pléyade de arquitectos rusos de vanguardia que crearon obras muy influyentes a nivel universal. Como suele ocurrir en Rusia, con el cambio de dirigente, el estilo artístico implantado por el líder anterior llegaría a ser menospreciado y se renunciaría a él.
Con la afirmación de la dictadura de Stalin en los años 30, el constructivismo fue acusado de formalismo y prácticamente prohibido. No obstante, la herencia del estilo constructivista en Moscú es bastante considerable: las casas-comuna experimentales, los clubs obreros, las fábricas-cocina, los garajes de autobuses; tal era el escaparate de la vida nueva, que propuso el constructivismo. Repararemos en los protagonistas que crearon el estilo constructivista (Mélnikov, Leonidov, Tatlin, El Lisitski, Ginzburg y otros), descubriendo la arquitectura de los años 20 en la ciudad de Moscú actual.
Lugares que podemos incluir en el itinerario: club obrero de ocio Rusakov (arquitecto Konstantín Mélnikov), club obrero Burevestnik (Konstantín Mélnikov), club obrero Zuev (Ilya Gólosov), club obrero de la fábrica de camiones ZIL (hermanos Vesnín), el garaje Bajmétievski (Konstantín Mélnikov), la torre de comunicaciones Shábolovka (ingeniero Vladimir Shujov), la residencia estudiantil de la academia textil (Iván Nikolayev), casa-comuna del ministerio popular de finanzas (Moisés Ginzburg), el planetario (Barsh y Siniavski).