Mansiones y fincas de Moscú
La finca Kuskovo y las calles Prechístenka y Ostozhenka.
Las mansiones y fincas aristocráticas tuvieron su auge en el siglo XVIII. Con la abolición de la servidumbre de la gleba en 1861, muchas de ellas cayeron en desuso, al no ser rentables, y muchas fueron vendidas a los mercaderes que se convirtieron en nuevos dueños de la vida (recordemos el argumento de “El jardín de los cerezos” de Antón Chéjov). En la época soviética las fincas y las mansiones nacionalizadas padecieron toda clase de penurias, cada una a su manera; por eso verlas hoy día, y además en buen estado, es una auténtica maravilla. Uno de los lugares principales de Moscú que guardan la memoria de la vida de los aristócratas son las calles Ostozhenka y Prechístenka, el Saint–Germain ruso. Allí vivían en sus palacetes las familias aristocráticas más destacadas (como los Vsevólzhskiy, los Lopujín, los Eropkin, los Jrushchov). El paseo por estas calles nos sumergirá en un ambiente de lujo aristocrático .
Y para conocer una finca dieciochesca con su jardín al estilo francés tenemos que trasladarnos al sudeste de Moscú. Nos hallaremos en Kuskovo, que fue propiedad de una de las familias más ricas y nobles rusas: los condes Sheremétyev. Al igual que la vivienda, tanto el parque como los múltiples pabellones y casas de diversión se encuentran en un estado de conservación perfecto y nos transportan al placentero mundo de los fuegos artificiales y los bailes.
La visita a las calles Prechístenka y Ostozhenka es peatonal. La visita a Kuskovo se realiza en un vehículo.
Lugares que se podrían incluir en el itinerario: las calles Prechístenka y Ostozhenka, la finca Kuskovo.