Embalse de Ríbinsk
El embalse de Ríbinsk (Rybinskoye) también se lo conoce como mar Rybinskoye debido a su enorme tamaño: en el momento de su aparición era el más grande del mundo. Al pasar por el canal del embalse la orilla no siempre estará visible. Este embalse formaba parte del plan unificado de la vía navegable del Volga-Báltico, el cual resolvía el problema de generación de energía eléctrica (con la central hidroeléctrica de Rybinskoye) y la navegación. Se construyó gracias al sacrificio de los presos de los campos de trabajo de la zona. Se trata de un proyecto realmente polémico de la época estalinista, no solo por cómo se llevó a cabo (la cantidad de fallecidos entre los constructores presos se contaba por decenas de miles y a lo largo de la orilla se encuentran numerosos cementerios anónimos), sino también por sus consecuencias para el medioambiente. Finalizado el canal, el país perdió miles de hectáreas de tierra apta para el cultivo, y también su patrimonio histórico y el clima anterior de la región.
El embalse daba solución a la navegación y al abastecimiento de electricidad, aunque, por otra parte, está el desalojo de 130 000 habitantes y la inundación de unos 600 poblados, incluyendo la ciudad de Mologa, un asentamiento antiguo y de grandes dimensiones. El estado medioambiental del embalse es más que deplorable y no fue posible sacar de él un lugar para la pesca masiva, como se planeaba desde un principio. Así, el embalse Rybinskoye (cuyo nombre procede de la palabra rusa «ryba», es decir, «pescado») justamente carece casi por completo de este elemento.
Está claro que para los turistas y los pasajeros de un crucero las reflexiones sobre el precio de una construcción de tales características no es un tema de gran interés. No obstante, nosotros consideramos que conocer estos hechos históricos enriquece significativamente su comprensión de este polémico patrimonio.